El poder de la Oración

miércoles, 13 de febrero de 2013

Vuelve a Casa


“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos: el que está en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque sin mí nada podéis hacer.”  (San Juan 15: 5)

Cuando una persona se aparta del Camino de Dios, queda perdida y sin una dirección. Es por eso, que El Señor Jesús dijo: “Sin mí nada podéis hacer”.         
Hubo una mujer llamada Gloria que llegó en la iglesia triste, desempleada, estaba también enferma  y de tantos problemas tenía ganas de quitarse la vida. Habló con el pastor que la aconsejó y agarró su nombre para orar por ella. Después de unos días, haciendo las cadenas, esta señora estaba sanada y alegre, y ya no tenia ganas de quitarse la vida. Un mes después estaba trabajando en un restaurante de lujo y un año después la ascendieron a chef de cocina. Pasó a ganar un excelente salario. Y seguía muy feliz en la iglesia, siempre daba testimonio de cómo llegó a la iglesia y como Dios había cambiado su vida.

Pasaron dos años más y Dios le dio su propio restaurante que se tornó próspero. Hasta el pastor de la iglesia a veces iba a comer en su restaurante. Pero hubo un día que ella estaba en el servicio y sucedió alguna cosa que la entristeció. La señora Gloria en lugar de buscar el pastor para contarle lo que sucedió. Le dijo a un obrero: “Nunca más regreso a este lugar”.  Cuando terminó el servicio el obrero buscó al pastor y le dijo lo que pasó. El pastor quedó triste y oró con el obrero por ella. Pasó un tiempo y nada de la señora Gloria regresar. Entonces el pastor oró a Dios y fue en su restaurante a comer. Cuando llegó, una persona le atendió  y apuntó su pedido. Pasó mucho tiempo y la comida no llegaba.
El pastor llamó a la mesera y le preguntó porque su comida no había llegado. Ella le dijo voy ver lo que pasó, y cinco minutos después regresó con su comida pidiendo disculpas porque se habían  olvidado de prepararla. El pastor dijo: Está bien. Cuando fue a comer vio una mosca en la comida. El pastor se enojó y dijo: - Quiero hablar con la dueña del restaurante. La mesera pidió disculpas, pero el pastor insistió en que quería hablar con la dueña. Entonces llamaron a la señora Gloria y le contaron lo que pasó. Ella vino hablar con el pastor y le pidió disculpas. El pastor le dijo: Primero se olvidan de mi comida y después me traen una comida con una mosca. No acepto esto, nunca más regreso a este lugar. Una vez más, ella le pidió disculpas y le dijo:

Sra. Gloria:  - Pastor, ¿cuántas veces vino usted aquí?
Pastor:   - Muchas veces.
Sra. Gloria:   - ¿Nos atrasamos con su comida antes?
Pastor:   - No.
Sra. Gloria:   - ¿Ya encontró alguna vez alguna mosca o cabello en su comida?
Pastor:   - No.
Sra. Gloria:   - ¿Le gusta nuestra comida?
Pastor:   - Me encanta.
Sra. Gloria:   - Entonces pastor, no deje que por causa de un error todo lo bueno sea borrado.
Pastor:   - Es verdad, señora Gloria, no deje que todo lo bueno que Dios hizo en su vida sea olvidado por causa del error de una persona.

 Sí, usted cree que está caído, no importa, Dios es poderoso para levantarle. Y si, alguna vez un pastor, obrero o miembro, pudo haberle lastimado. Hoy le pido perdón por su error. ¿Sabe? Todos cometemos errores,  y déjeme decirle que uno nunca deja de aprender de ellos. Nosotros también tenemos el ejemplo de Jonás, a quien Dios le mandó que fuese a Nínive, pero él desobedeció y fue a Tarsis. Para huir de la presencia de Dios. Pero todo lo que hizo le salió mal, pues vino una gran tempestad y Jonás fue a parar dentro de la boca de un gran pez. Y estuvo allí por tres días y tres noches hasta que clamó al Señor diciendo: “He sido expulsado de delante de tus ojos; sin embargo volveré a mirar hacia Tu Santo Templo.” (Jonás 2: 6)
Cuando Jonás se humilló y clamó al Señor y prometió hacer la voluntad de Dios. Entonces, Dios ordenó al pez   que vomitase a Jonás en la tierra. Él también puede hacer que esa tempestad que se levantó en contra de su vida, cese y ordene que el mal salga de sus caminos. Pero depende de usted reconocer que sin Dios usted no puede seguir. Así que, una decisión puede cambiar su vida.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gusto mucho,,,,pastor fabricio que Dios lo continúe bendiendo,,