Unos
años atrás un reportero preguntó al doctor Albert en Londres acerca del mayor
problema del hombre en la actualidad. El doctor dijo: “¡El hombre simplemente
no piensa!” Vivimos en una tierra de abundante oportunidades para todos, pero
de cada 100 persona apenas 5% de ellas logran conquistar un vida exitosa.
Ahora, ¿Cómo podemos definir el éxito? El éxito es la realización progresiva de un
ideal valioso, o sea, ser exitoso es alcanzar aquello que usted desea.
Lo
contrario de valor en nuestra sociedad, no es la cobardía, sino la conformidad.
Es decir las personas actuando igual los demás sin saber porque, sin saber
hacia donde se dirigen. Sin duda la conformidad es un problema también adentro
de la iglesia de Jesucristo, pues aquellos que tendrían que servir como
referencial de Dios en este mundo permanecen con sus vidas estancadas. En la
carta a la iglesia de Laodicea, el Ángel apunta que su principal problema era
la conformidad. El Ángel escribe: Tú dices: Yo soy rico, me he enriquecido y
de nada tengo necesidad. Pero no sabes que eres desventurado, miserable, pobre,
ciego y estás desnudo.” (Apocalipsis
3:17) Así
camina un persona acomodada, es decir, a sus propios ojos, todo esta bien. Para
Abraham tener apenas un hijo ya estaba bueno, pero Dios no pensaba así, Él
tenía propósitos mayores en la vida de Abraham. Así también Dios tiene
propósitos mayores en su vida, por eso, cuidado con la conformidad.
No
fueran pocas las veces en mi ministerio en que personas me hicieron esta
pregunta: ¿Por qué mi vida no progresa? Con certeza no es una pregunta fácil de
contestar, hasta porque podría ser por varios motivos. Sin embargo, podemos
resumir con una palabra “Negligencia.” La tardanza en la realización de una
tarea es sin duda el principal motivo del estancamiento. Hace muchos años hicieron una encuesta, y
preguntaron a 20 personas. ¿Por qué se levanta por la mañana? 19 de las veinte personas no tenían una
respuesta clara para esta pregunta. En otras palabras dijeron: Todo mundo va
trabajar por la mañana, y yo también. Regresemos a nuestra definición del
éxito: El éxito es la realización progresiva de un ideal valioso. De
cada 20 personas apenas 1 sabe adonde quiere llegar, y despierta todas las
mañanas dispuesta a pagar el precio para lograr sus metas.
Un
cierto día estaba enseñando acerca de la voluntad de Dios para nuestras vidas,
y decía que el diablo haría de todo para impedir que los propósitos de Dios de
cumplirse en nuestras vidas. Hablé que el primer paso para salir del estancamiento,
seria indignarse. Pues nada cambia si uno esta conforme con la situación. Este
sentimiento de indignación estuvo adentro de Gedeón, al ver su familia viviendo
adentro de cuevas. En Elías, por ver la nación de Israel dividida entre el Dios
verdadero y Baal. En Rosa Parks, la afroamericana que se recusó a levantarse en
el bus y dar lugar a un americano blanco, etc.. Cuando terminó el servicio una
señora me buscó y dijo: Pastor, mi vida esta una verdadera
desgracia, todo me sale mal, pero yo no siento ninguna indignación. Así
como ella no sentía indignación por su situación, hay muchas personas que
aprendieron a convivir o ignorar sus problemas. El diablo ha mantenido a muchos
cristianos bajo el efecto de la anestesia, pues el mal sabe que se uno reaccionar
en asociación con Dios, él tendrá que salir.
El
según paso para lograr una vida exitosa y dejar de vivir anclado es: “Tener una
meta bien definida.” El apóstol Pablo dijo: Yo, por mi parte, no corro a
ciegas ni peleo como si estuviera dando golpes al aire. (1 Corintios
9:26) En este versículo queda bien claro que Pablo
tenía una meta, ahora podemos comprender porque su trabajo tuvo tanto progreso.
Hay un gran numero de personas que llegan a su vejez con un sentimiento de
frustración, y de arrepentimiento. Para que esto no suceda con nosotros,
tenemos que decidir ahora no pasar la vida flotando. Entender que una mente
confusa, genera una vida confusa. Si te importas lo suficientemente un
objetivo lo tendrás. Pues hará lo que sea necesario para lograr.
No hay comentarios:
Publicar un comentario