“Toda decadencia espiritual empieza con la negligencia de la oración. Ningún cristiano puede desarrollarse sin tener comunión con Dios. No existe nada que pueda compensar la falta de la oración.”
La oración es el reconocimiento de que uno necesita
de Dios y no puede vencer solo. Es la demonstración que uno se encuentra en la
dependencia de Dios. La oración debe ser simple, tan simple como un niño
que le dice lo que quiere a su padre. La oración debería
ser el encuentro de la sede de Dios con la sede del hombre. ¿Pero quien en lo
días de hoy están de verdad sedientos por Dios? La oración hace desaparecer la
distancia entre el hombre y Dios. Cierta vez Martín Lutero dijo: “La oración es
el sudor del alma.” Pero antes de postrarte en oración, considera si su corazón
esta limpio, si no hay rencor o resentimiento en contra de alguien. El pecado y
el rencor crea una barrera que no permite llegar la oración a Dios. En el
momento de la oración hable en privado con Dios en nombre de Jesucristo, pida
con fe y en nada dudando, pues la duda hace detener el poder de Dios.
Podemos constatar en la biblia que todas a veces que
Dios libró su pueblo o sucedió algo maravilloso, antes fue echa una oración. O
sea, después de la creación del hombre todas las grandes cosas que Dios hizo
fue precedida de una oración. Cierta vez la Reina de la Inglaterra confesó a su
ministro: “Yo prefiero enfrentar un ejercito bien armado, de que enfrentar a un
hombre de oración.” Si somos persistentes en la oración venceremos en la
batalla, pero si fracasamos en la oración entonces fracasaremos en todas las
frentes de batalla. Cuando buscamos a Dios en oración, el diablo sabe que
estamos deseando poder para luchar en contra de él, por eso él procura echar en
contra de nosotros toda oposición para detenernos.
¡Es preciso que la iglesia del Señor Jesucristo venga
despertar! Nunca la iglesia estuvo tan fría. En el pasado la iglesia impactaba
el mundo, hoy el mundo esta impactando la iglesia. Podríamos y podemos cambiar
esta situación, basta los que critican parar de criticar y empezar a orar. La
biblia habla acerca de un hombre llamado Elías, era semejando a nosotros y
sujeto a los mismos sentimientos. Pero infelizmente no somos nosotros personas
de oración semejante a él. Pues en los días que Jezabel, una mujer usada por el
diablo, que había removido el altar de Dios y puesto en su lugar el altar de
falsos dioses, cuando los sacerdotes del Señor eran muertos y el pecado iba
contaminando la nación, Elías fue el único que no aceptó ver el pueblo del Dios
vivo dividido en su creencia. Elías oró a Dios y el fuego descendió, y todos
viran que solo el Señor es Dios.
“ OH Dios levanta
cristianos de oración en nuestro medio”
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