"Mas cuando tú vengas ofrendar, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha; Para que sea tu ofrenda en secreto: y tu Padre que ve en secreto, él te recompensará en público"
¿Qué significa Ofrendar?
Según el diccionario
ofrendar es el ofrecimiento que se hace a una causa noble o para honrar alguna
divinidad. Ofrendar es cosa o servicio que se ofrece como muestra de respecto,
gratitud y amor. La ofrenda revela el corazón del ofrendante, pues cuando
alguien da alguna cosa o hace algún tipo de servicio, está revelando lo que
esta en su interior.
La alabanza, la oración, los diezmos y todo que hacemos
para Dios, revela nuestra consideración para con Él. Jesucristo enseño: “Mirad que no hagáis vuestra justicia delante
de los hombres, para ser vistos de ellos: de otra manera no tendréis merced de
vuestro Padre que está en los cielos. Cuando pues vengas ofrendar, no hagas
tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en
las plazas, para ser estimados de los hombres: de cierto os digo, que ya tienen
su recompensa. Mas cuando tú vengas ofrendar, no sepa tu izquierda lo que hace
tu derecha; Para que sea tu ofrenda en secreto: y tu Padre que ve en secreto,
él te recompensará en público. Y cuando oras, no seas como los hipócritas;
porque ellos aman el orar en las sinagogas, y en los cantones de las calles en
pie, para ser vistos de los hombres: de cierto os digo, que ya tienen su pago.
Mas tú, cuando oras, éntrate en tu cámara, y cerrada tu puerta, ora á tu Padre
que está en secreto; y tu Padre que ve en secreto, te recompensará en
público.” (San Mateo 6:1-6)
Todas las veces que vengamos
presentar alguna ofrenda a Dios tenemos que preguntarnos. ¿Estoy haciendo de
todo el corazón, con toda el alma, con todo el entendimiento y con todas mis
fuerzas? Hubo una vez que el Señor Jesucristo estaba siendo alabado por una
gran multitud, pero Él dijo: Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón
lejos está de mí. (San Mateo 15:8)
Dios no es obligado a aceptar todo tipo de ofrenda que a Él se ofrezca. Jesús
no aceptó la alabanza de ellos porque su palabras no estaban de acuerdo con su corazón.
Ahora antes de Dios se
agradar de la ofrenda que nosotros le presentamos, Él quiere se agradar primero
de nosotros. O sea, la vida del ofrendante tiene que agradar a Dios así como
sus ofrendas. Hasta porque si agradamos a Dios solamente con aquello que hacemos,
pero no con lo que somos, ¡Esa ofrenda será defectuosa! Para Dios no existe
mayor ofrenda de lo que la obediencia del ofrendante. Por eso, busquemos
presentar nuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable á Dios, que es
vuestro racional culto. La vida de Abraham así como sus ofrendas agradaron a
Dios. Por eso, Dios recompensó Abraham en publico.
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