Los grandes valores de la humanidad han sido
corrompidos
y olvidados... Así pues, ¿debemos perder toda
esperanza?
El primer es responsabilidad. Uno de los grandes
defectos del ser humano es no hacerse responsable, principalmente cuando las
cosas no están saliendo bien, es siempre mas fácil encontrar alguien para echar
la culpa o inventar alguna excusa, que hacerse responsable por lo que está
sucediendo. Sea responsable con lo que prometes, llegue algunos minutos antes y
no dejes para después lo que tienes que hacer ahora. Antes de poder desfrutar
de sus derechos, necesitas cumplir sus deberes. Por eso, seas responsable.
El según es la honestidad. No existe nada que pueda
perjudicar más una relación, que la falta de honestidad. Generalmente las
personas prefieren hablar una mentira para evitar un conflicto, que ser honesto
y decir la verdad. Sin embargo, tarde o temprano la verdad aparecerá, y con ella
va desaparecer la chance de seguir teniendo un buen relacionamiento. Nosotros
necesitamos comprender que las personas no van a seguir poniendo su confianza
en una persona deshonesta.
El tercer es el respeto. El respeto es la base del
entendimiento entre los seres humanos; tenemos que aprender a respetar para que
los demás nos respeten. Saber respetar las opiniones, creencias, virtudes o
debilidades de los otros, es el camino para una vida exitosa. Hay una frase que
dice: Respetar es empezar a ganar la
guerra.
El cuarto es controlar la lengua. La palabra de Dios
dice: Así también, la lengua es un
miembro pequeño, y se gloría de grandes cosas. He aquí, un pequeño fuego ¡cuán
grande bosque enciende! (Santiago3:5) Muchas personas han perdido grandes
oportunidades por no saber dominar la lengua. Aquí dejo algunas sugerencias:
* Hablar de las personas ausentes como si estuviesen presentes.
* ¡No haga chismes! Pues, si la persona no es parte
del problema, ni parte de solución, no debe ser involucrada o tener
conocimiento de lo que está sucediendo.
* ¡Confesar la victoria! Pues, en la vida a veces se
gana, a veces se aprende.
El quinto es dar para recibir. Pues, cada uno cosecha aquello que sembró, siendo así, es importante dar amor, para recibir amor, ayudar para ser ayudado, atender para ser atendido, o sea, “Hagas a los demás lo que te gustaría que te hicieran a ti”. Cuidado para usted no olvidarse de honrar a Dios. Jesús enseña: Dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. (Mateo 22:21)
El quinto es dar para recibir. Pues, cada uno cosecha aquello que sembró, siendo así, es importante dar amor, para recibir amor, ayudar para ser ayudado, atender para ser atendido, o sea, “Hagas a los demás lo que te gustaría que te hicieran a ti”. Cuidado para usted no olvidarse de honrar a Dios. Jesús enseña: Dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. (Mateo 22:21)
El sexto es mantenerse enfocado en la misión. Necesitamos entender que Dios
tiene un propósito en la vida de cada uno de nosotros, y que en este camino el
mal tratará de desviarnos con todo el tipo de distracciones y oposición. No
pierda su tiempo pensando en lo que no quiere, mantenga su pensamiento en su misión.
Escriba en un papel sus metas y ponga en lugar visible. ¡Esto le ayudará a
concentrase en su misión!
El séptimo es amar a Dios sobre todas la cosas. Es
decir: arriba del dinero, de la familia, de la fama y de toda gloria de este
mundo. Amar a Dios significa obedecer sus mandamientos, significa desfrutar de
pasar tiempo con Él (leer la biblia, orar, ir a la iglesia, ayudar al prójimo,
etc..), significa vivir con principios y valores eternos, y con el objetivo de
ayudar a crecer su reino.
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