El ser excelente es aquél que se sobresale en relación a los otros, o sea, que logra ser superior a los demás en
la actividad que realiza. El ser excelente esta siempre en búsqueda de
progreso, tiene hambre de aprender y sed de conquistar. Ahora, el ser mediocre nunca
sale de la zona de conforto, tiene pereza de aprender y esta siempre
responsabilizando a los otros por su situación. El ser superior no quiere ser
uno más en este mundo, por eso trabaja con un fin en la mente, nunca se hace de
victima, pues él es arquitecto de su por venir.
Una persona excelente tiene la humildad suficiente para reconocer sus
errores. Cuando reconocemos nuestros errores ya tenemos 50% de progreso. Después
de la guerra que destruyó la nación Japonesa, ellos tendrían que reconstruir su
país. ¿Cuál fue su estrategia? Ellos enviaron sus jóvenes a diferentes países,
con la misión de aprender de los mejores profesionales, después traer de
regreso esa tecnología y supérala. Hoy en día todos saben como está la economía
Japonesa y como sus productos son considerados de gran calidad. Todo eso por
que ellos tuvieron la humildad para buscar los mejores y aprender de ellos.
La historia está escrita por aquellos que se han excedido, y no por
personas mediocres. Aquellos que creen
en Dios deben seguir el ejemplo de los héroes de la fe. Es decir, hombres y
mujeres que en sus días hicieron la diferencia. Vea lo que dice la biblia
acerca de Daniel:
·
Pero Daniel
mismo era superior a estos sátrapas y gobernadores, porque había en él un
espíritu superior; y el rey pensó en ponerlo sobre todo el reino. Entonces los
gobernadores y sátrapas buscaban ocasión para acusar a Daniel en lo relacionado
al reino; mas no podían hallar ocasión alguna o falta, porque él era fiel, y
ningún vicio ni falta fue hallado en él. (Daniel 6:3-4)
Para crear primero hay que creer. Aquél que tiene un espíritu
excelente busca prepararse y de ninguna manera queda esperando por la buena
suerte, pues él creer que es el arquitecto de su proprio futuro. Una persona con espíritu mediocre, se torna
rehén de las circunstancias externas, o sea, cosas que pasan que están fuera de
su control. Usted ha leído en la biblia “Muchos son llamados y pocos elegidos”. (Mateo 22:14) Muy bien, yo diría que
muchos hasta son buenos, pero pocos son excelentes. ¡Luchemos por llegar a la
excelencia!
Nadie le gusta de ser disminuido o menospreciado, así también Dios no
le gusta de ser disminuido. Su palabra dice:
“Y a Aquél que es poderoso para hacer todo mucho más abundantemente de
lo que pedimos o entendemos, según el poder que obra en nosotros”. Por ejemplo, algunos
cristianos han hecho de la pobreza una virtud para entrar en el cielo. Las creencias
tienen el poder de conducirnos tanto a
la excelencia, cuanto a la mediocridad. ¡Luchemos por trascender!
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