“Muchas viudas había en los días del profeta Elías,pero á
ninguna de ellas Dios envió a Elías, sino á Sarepta de Sidón, á una mujer
viuda. Y muchos leprosos había en Israel en el tiempo de profeta Eliseo; pero
ninguno de ellos fue limpio, sino Naamán el Siro” (Lucas 4: 25, 26 y
27)
Cuando nosotros miramos para aquellos que fueron inspirados por Dios, podemos encontrar una cosa en común, “ellos estaban dispuesto a todo”. En otras palabras, estaban dispuestos a hacer lo que fuera necesario para la realización de sus sueños. Esta escrito: “Que muchas
viudas habían en los días del profeta Elías, pero a ninguna de ellas Dios envió a Elías, sino a Sarepta de Sidón, a una mujer viuda. Y muchos leprosos habían en Israel en el tiempo del profeta Eliseo; pero ninguno de ellos fue limpio, sino Naamán el Siro”. ¿Por qué Dios no envió a Elías para ayudar a otras viudas? ¿O envió a Eliseo para sanar a otros leprosos? Porque Dios solo habla con aquellos que están dispuestos a oír su voz. Dios habló con Abrahán por que miro que Abrahán estaba dispuesto a todo. En los días de hoy también hay muchas personas sufriendo, incluso dentro de la iglesia. ¿Pero por qué Dios no habla con ellas? Porque Dios sabe que ellas no están siendo sinceras y no están dispuestas a obedecer su voz.
Ejemplos de personas dispuestas a todo:
§ El paralítico que
encontró el templo lleno y no pudo entrar por la puerta, y se dispuso a
bajar por el techo.
§ Ana se dispuso a entregar
a Dios lo que ella más deseaba, para quedarse libre de aquella vergüenza.
§ Moisés se dispuso y
renunció la gloria del Egipto, para librar a su pueblo de la esclavitud.
§ Gedeón se dispuso a
derribar el altar de Ball y sacrificar el toro que representaba el futuro de su
familia, para poder vencer a sus enemigos y salir de la cueva.
§ Jefté se dispuso e hizo
un voto con Dios de entregar a la primera persona que saliera a su encuentro,
regresando él victorioso de la guerra.
§ Ester se dispuso a hablar
con el Rey aunque no era permitido. Ella dice: “Si perecer, perecí”, pero tengo
que salvar a mi pueblo.
Toda grandeza del ser humano esta en la acción. Si
nuestras acciones no siguen nuestras creencias jamás vamos a influenciar a
otras personas a seguir a Dios. Sabe, uno de los grandes problemas de la
iglesia en los días de hoy, es que en lugar de que ella sea una influencia para
el mundo, son las cosas del mundo las que tienen influenciado a la iglesia. En
lugar de que los hijos de Abrahán animen a los otros para buscar a Dios, son
los hijos del diablo los que influencian a los hijos de Dios a dejar la
iglesia. Existen dos tipos de personas: aquellas que apenas quieren realizar
sus sueños y aquellas que quieren “mucho” realizar sus sueños. La diferencia es
que quien solo desea, no esta dispuesto a pagar el precio, pero aquellos que
desean mucho, están dispuestos a hacer cualquier cosa.
Cuando Dios llamo a Abrahán, él tenía 75 años. Abrahán
comprendió que aquella era su única chance de no llevar su sueño para la
sepultura. Todo lo que Dios hizo en la vida de Abrahán, fue por méritos de su
fe. Esta escrito: “Y creyó Abraham en Dios, y le fue atribuido como justicia”.
(Romanos 4:3) Quizás usted se encuentra esperando que la misericordia de Dios
venga a transformar su vida, pero la misericordia de Dios le trajo a la
iglesia. Sin embargo, lo que va a transformar su vida es la materialización de
su fe.
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